Aquel divino y precioso cuerpo
Déjame tocarlo con delicadeza
Déjame sentirlo junto al mío
Déjame que te exprese con mis manos
Lo dulce y apasionada que puedo ser
Qué mis labios besen tus partes prohibidas
Déjame oír aquellos suspiros de placer
Oh amor mío, déjame que te lleve al cielo
Déjame ser tu amada persona, toda la vida
Sabril Winston Haider
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