miércoles, 23 de marzo de 2016

Canción prohibida (Parte 2)

Al finalizar la tocata, mientras todas las personas aprovecharon de salir aproveché de salir rápido del escenario para alcanzar a aquella chica de ojos oscuros, tenía qué saber de ella y saber aunque sea su nombre. Me coloqué un polerón y salí por detrás para que el resto no me reconociera, busqué por todos lados pero no había rastro de ella. Para mi mala suerte ya era muy tarde, y toda la gente ya se había ido. Nunca olvidaré ésta noche, en la qué conocí por primera vez a la chica qué había logrado entender mis canciones…las palabras de mi corazón.
Cuando desperté, me di cuenta que estaba sola en el hotel, de seguro las chicas habían salido a beber algún trago. Así que decidí salir a caminar un poco, para ver si aquella chica qué no podía sacar de mis pensamientos, aparecía en algún momento. Y de repente, a lo lejos en un Mini Market la vi… ¡Era ella! Corrí hacia donde estaba y al estar frente ella me mira sorprendida.

-¡Tú eres la vocalista de Rock Love!- Dijo alegre.
-¡Shh! No lo digas tan fuerte o te podrán oír…he venido por ti- Dije en voz baja.
-¿Por mí? ¿Por qué?-
-Te lo explicaré en el camino- Dije alegre, tomé la mano de la chica y huí rápidamente del lugar.
-¿A dónde me llevas?- Dijo algo asustada
-A un lugar donde podamos conversar tranquilas- Dije y en una cosa de segundos ya estábamos dentro de la habitación del hotel- Debes estar cansada y tener algo de sed ¿Quieres algo?-
-No gracias…lo que quiero saber es ¿Por qué me trajiste hasta aquí?- Dijo mirándome asustada.
-No te asustes…te traje conmigo porque me moría de ganas de estar junto a ti- Dije acariciando una de sus mejillas.
-¿Y por qué conmigo?- Dijo ruborizada.
-Porque me gustas…-Dije y besa sus labios dulcemente, la chica correspondió sorprendida.
-Vaya… ¿Así que la canción fue una declaración de amor para…mí?-
-Así es…por cierto ¿Cómo te llamas?-

-Constanza…y esto es mi respuesta a tu canción- Dijo sujetando mis mejillas y besando mis labios lentamente. Nos dirigimos a la cama para poder expresar mejor nuestro amor, aquellas dulces caricias sobre mi cuerpo desnudo se sentían suaves  como si estuviera tocando una hermosa melodía de un piano en un tono de Re menor. Mientras qué yo la llenaba de besos, como si estuviera tocando una coqueta melodía de guitarra en Sol mayor. 

Fin



Sabril Winston Haider

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