martes, 22 de marzo de 2016

Canción Prohibida (Parte Uno)

Me gusta escribir canciones de amor entre otras cosas por las noches a la luz de la luna, me hacen pensar qué estoy acompañada y me inspiro mejor, sin embargo siento qué nadie puede entender el significado de ellas.
-¡Hey Gabriela! ¿Has terminado de afinar tu guitarra? Eres la única qué falta- Dijo Alex
-¡Lo siento! Voy en seguida- Dije entusiasmada, tomé mi guitarra como de costumbre y junto a mis amigos salimos al escenario a tocar nuestra música rock.

El público como siempre, cantaba con todas sus energías las canciones de nuestra banda. Algunas hablaban sobre la vida, otras hablaban sobre el maltrato animal, el maltrato a la mujer, entre otras cosas. Mi guitarra sonaba radiante aquella noche, como si estuviera inquieta y desesperada por hacer llegar el sonido hasta la última chica qué se encontraba en ese lugar. El bajo sonaba tranquilo y despreocupado mientras que la batería sonaba con energías de querer avanzar y avanzar y no detenerse. La gente coreaba con nosotros, saltaban de alegría y se empujaban los unos a los otros. El público nos amaba y disfrutaba de nuestra música.
Sin embargo, a pesar de qué mi guitarra sonaba mejor qué nunca, mi voz se oía un tanto triste, pues parecía qué la gente estaba más concentrada en pasarla bien, más qué intentar entender el significado de nuestras letras, y al ser así mi corazón se sentía un tanto solitario.

-Es lo mismo de siempre…-Dije en voz baja mirando a mi amiga bajista, en una breve pausa qué tuvimos al finalizar una de nuestras canciones, ella me respondió con una mirada triste. Miré al público por unos segundos con una expresión  triste, y de repente divisé a lo lejos algo que había cautivado mi atención. Era una chica de largo cabello negro liso, de estatura baja con ojos color chocolate.

-La siguiente canción significa mucho para mí, espero la disfruten…se llama “Canción prohibida”- Dije sonriendo y todos gritaron. Miré a lo lejos fijamente a aquella chica, y ella me devolvió la mirada con una sonrisa.


Mi corazón al cantar se sentía inquieto y feliz, en ningún momento aparté mi mirada en esa chica, nos comunicábamos a través de nuestras miradas y mi voz al cantar. Quería sentirla cerca mío y poder acariciar su linda cara y besar esos labios qué formaban una gran sonrisa. La miraba dulcemente y ella se ruborizaba, como si sintiera que la estuviera tocando de alguna forma. La miraba coqueta y ella se ruborizaba, como si hubiera podido alcanzar aquellos labios rojos, la miraba tranquila, como si estuviera tocando su mano…fue una conexión  tan mágica entre ella y yo, que parecía que estuviéramos haciendo el amor de una forma muy intensa.

Sabril Winston Haider


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