miércoles, 31 de agosto de 2016

El misterioso túnel de la fantasía

Soy una pequeña niña de ocho años, y cada vez que viajo en el viejo tren acompañada de mi madre, me gusta ir leyendo algún libro de fantasía, en especial si se trata de hadas y princesas, así el viaje se me hace menos tenebroso al ir por un oscuro túnel. Entre estación a estación hay un tiempo de cuatro a cinco minutos de viaje aproximadamente. Mientras iba leyendo mi cuento, miré hacia la ventana y pude observar un unicornio azul qué iba corriendo a la misma velocidad del tren, éste me sonríe con una pata y yo le respondo de la misma forma, al rato se marcha y aparece una pequeña hada de vestido azul, que danzaba como la chica del Cascanueces, me acerco más a la ventana para poder verla más de cerca, y en ese momento ella coge una de mis manos, y salgo de la ventana del tren, hace una pequeña reverencia y un leve movimiento con sus manos y al rato, estaba vestida con un vestido igual al de ella, comienza a bailar nuevamente y yo la sigo con delicadeza. El unicornio azul vuelve aparecer y baila con nosotros, se podía escuchar la melodía del Cascanueces, al parecer era el Unicornio que emitía la música con su cuerno mágico, y a su vez lanzaba luces de colores intermitentes. De repente, todo desaparece de forma repentina, éste viaje había durado entre diez a quince minutos. Lo mismo pasa siempre, cada vez que viajo entre la estación Cumming y Quinta Normal, puedo ver aquel mundo de luces y colores, oculto en el túnel, como si existiera una estación fantasma que nadie ha logrado ver. 

Sabril Winston Haider

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