Mientras el cielo se esparcía, de a poco comenzó a sentirse solo. Tiempo después se formaron las nubes y el sol. Con el tiempo, las nubes comenzaron a cubrir todo el cielo y de ahí nació la lluvia, los rayos, la tormenta y la niebla. El cielo y la nube permanecen juntos y vivos gracias a que están unidos por un amor incondicional que se tienen. Por eso es que sus hijos pueden vivir sin problemas sin el miedo de desaparecer del mapa.
Sabril Winston Haider
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