Y así fue como lentamente caí en las profundidades del mar, a mi alrededor, habían cientos de criaturas mágicas, estrellas de mar, caballos de mar, peces multicolores, entre otras. Decidí seguir nadando, pues de alguna forma podía respirar bajo el agua. Seguía observando a las criaturas, ellas me observaban con extrañez, algunas huían de mi, otras se acercaban y me hacían cosquillas en la cara. De repente a lo lejos vi un tiburón, nadé lo más rápido que pude a la superficie para salvar mi vida. Seguí nadando hasta llegar a la superficie y salgo rápidamente exaltado.
Al estar sobre la arena me pregunté ¿Cómo es que podía respirar bajo el agua?
Sabril Winston Haider
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