Desde un principio me cautivo tal belleza, me tenía vuelta
loca. Decidí acercarme para observarla más de cerca y apreciar su hermosura.
Era una chica con un aspecto distinto, sus ojos eran oscuros, pero reflejaban
tal sinceridad angelical que emanaban un brillo de luz. Tenía el cabello largo,
liso y oscuro. La observé por unos minutos, ella me miró de vuelta, me sonrió.
Yo ruborizada le sonreí, no sabía qué hacer, ambas estábamos frente a frente
mirándonos sin saber qué hacer, era como si de repente nos hubiéramos
enganchado a primera vista.
Sabril Winston Haider
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