Tengo una amiga bastante peculiar, es un metal de propiedad líquida. A pesar de que es muy dañiña cuando la buscan, es tranquila cuando no se meten con ella. Trabaja en los termómetros, gracias a ella los humanos pueden ver la temperatura. De cariño le digo Hg, pero se llama Mercurio. Un día la observé y me fijé que estaba algo triste. Asi que decidí ponerla a calentar en un pequeño recipiente a 350°. Durante ese tiempo, se encontró con O, como lo llaman sus amigos, y Oxígeno su nombre formal. Se miraron de forma seductora, intercambiaron electrones, produciendo un enlace doble y finalmente una oxidación. Después de media hora, revisé el recipiente y mi amiga Hg había tomado una extraña forma. Saqué como conclusión, que ahora ya no estaba sola, y que ahora era una sola junto a O. Formandose así, el HgO.
Sabril Winston Haider
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