Iba caminando algo molesta junto a ti. Sin embargo, me apenó y me destruyó por completo ver caer aquellas lágrimas por tus pequeños ojos. Siempre sueles sonreir, y al verte tan triste. Lo único que podía hacer, era brindarte un fuerte abrazo, al hacerlo me mantuve a tu lado hasta que el sonido de tus sollozos se acabaron.
Sabril Winston Haider
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